martes, 15 de junio de 2010

"Enfrentarás tu mayor temor"

Sí señores, hoy comenzó el entrenamiento de KAYAK. Un día martes, de junio, parcialmente nublado, frío. Me encontré con mi entrenador a las cinco y media y bajamos hasta la costa. Buscamos el Kayak doble, lo cargamos a cuestas y llegamos a orillas del lago. Mientras me explicaba algunos principios básicos de esta disciplina llegó el Sr. TMG. Nos subimos a las embarcaciones, partimos. Así, sin demasiados preámbulos. Me concentré en seguir la remada de Gonzalo. No vi el paisaje, no noté el oleaje, no me fijé en la temperatura. Toda mi atención se limitaba a seguir el dibujo que la pala de adelante dibujaba en el aire y en el agua. Hasta que una ola me distrajo. Una ola que nos movió bastante. Y entonces vi el lago, la montaña, el cielo. Y me empezaron a doler los hombros. TMG venía adelante nuestro, y seguía y segúia, más allá de la bahia. La pala pesaba cada vez más y seguir el ritmo me resultaba agobiante. Hasta que pegamos la vuelta. Otro kayakista estaba en el lago, ambos lo concocían. Lo saludaron por su seudónimo, que no logro recordar. Iba fuerte. Aguantando el dolor en mis hombros vi acercarse el muelle. Estaba satisfecho, habíamos remado lindo. Pero los muchachos no encararon para la rampa de salida. No. Siguieron el trazado de la costa enfilando hacia el otro lado, el del bandurrias. La cosa continuaba. A esa altura hasta me costaba mantener la pala a la altura de los hombros y, al contrario de cuando uno corre, no tenía idea de cómo "cambiar el aire". En este lado del lago el viento casi no soplaba y el oleaje era mínimo. Me relajé. Comencé a disfrutar el lugar. La luz del día se apagaba poco a poco y nosotros ahí, adentro del lago. La situación se me hizo inverosímil. ¿Qué hacía yo ahí, a esa hora y a una semana de comenzar el invierno, remando en un kayak? Y fue cuando me animé a hacerles la pregunta que me había estado dando vueltas por la cabeza todo el día: "Che, si uno se da vuelta ¿hay muchas posibilidades de morir?" "No", dijo mi entrenador, "Sí" dijo TMG. Comenzó entonces un pequeño debate entre ellos del que se concluyó que todo pasaba por la preparación previa, es decir, tener todo el equipamiento de seguridad necesario, siendo lo principal -acota TMG- el chaleco de neoprene. "Si no, te pasa como al remero aquel que se murió en el Gutierrez porque el gil no tenía neoprene". Y por supuesto, la pregunta obligada "¿Vos trajiste neoprene, no?". NO. Lo cierto es que yo, el clásico gil, no tenía neoprene. Haciendo, por lo tanto, un pequeño silogismo, si nos dábamos vuelta el que moría era yo. Claro, venía en un Kayak doble y nada menos que con mi entrenador. Nada malo podía pasar. "Que sea la última vez", me retó con toda su sabiduría TMG. Y por supuesto que lo será. Yo que estaba tan contento porque pensaba que ya tenía todo (Gonza me prestó el kayak, el mosca el chaleco salvavidas, TMG la pala y el cubrecokpit) ahora me vengo a enterar que me hace falta un chaleco de neoprene... ¡esto no se acaba nunca! Evidentemente, pienso, si quiero seguir con esto voy a tener que empezar a pensar en realizar alguna actividad que me de dinero. En fin, sabiendo que mi vida corría peligro llegamos, de noche, a la costa del pueblo. Las luces de la costanera reflejadas en el agua me deleitaron. Y el hecho de estar llegando también. No daba más. El resto fue alegría y frío. Mojados, llevamos el bote hasta su lugar de descanso y volvimos a casa de mi entrenador en donde me esperaban Adriana y las niñas. Me puse ropa seca y partimos, llevándome tres porciones de budín de banana que me regaló Guada (por supuesto, me comí las tres en el viaje). Ahora casi que no puedo escribir del cansancio. Lo mismo me pasó ayer: a la mañana miradores de la Rosales con barro y niebla y en la tarde rutina de gimnasio. Llegué tan cansado que no se los pude narrar. Esto de hoy es por pura disciplina. Escribir y entrenar, dos caras de la misma existencia...

Distancia: bastante.
Tiempo: 68 minutos.

TMG: ¡gracias por la pala, el cubrecockpit y los consejos!
Entrenador: ¡gracias por resguardar mi vida!
Archi: ¡Gracias por el asado!

5 comentarios:

  1. eduardo el archienemigo16 de junio de 2010, 10:42

    De nada Lucas, aunque solo voy a poner el quincho.
    Por favor, necesitaria que publiques una fotito del kayac para identificarlo, por razones personales.
    Otra cosa T M G un genio, no te olvides del neoprene, yo se muy bien porque te lo digo

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  2. eduardo el archienemigo16 de junio de 2010, 10:44

    Alguien imagina a Julian corriendo un tetra???
    ¿¿¿es para tentarme a que renuncie a mi apuesta y te ponaga un kayac automatico????

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  3. NOOOOOOO por favoooor no tienten a Julian con el Tetra por favooooor.Solo eso me faltaba!!!!Lo peor es q se anima......nos quedaria sufrirlo,somos una flia. sacrificada.Bien Lucas el dia de la carrera se abriran las aguas para dejarte pasar si fuera necesario!!!!!!

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  4. El archi se quiere seguir divirtiendo a costa de otro,u otrosssss

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  5. eduardo el archienemigo17 de junio de 2010, 22:02

    Ana , no me tires en contra, yo estoy a favor de salud de Lucas

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