Hoy desperté con la precaria convicción de subir pedaleando hasta la base del cerro Chapelco, recorrido que aún no he realizado por una simple cuestión de respeto. Siento que aún no estoy preparado para tan simbólico ascenso. En días pasados hablamos con mi entrenador para encarar tan extraordinaria empresa esta semana -más precisamente hoy lunes- pero ayer no concretamos nada. Sin querer importunarlo en sus vacaciones e imaginando su estado anímico luego del 3 a 2 de anoche, le mandé un tímido mensaje de texto recordándole de la salida. Como no hubo respuesta (despedirse del campeonato no es poca cosa), encaré la subida solo.
Hasta el hotel sol, a buen ritmo. Hasta la bifurcación del Arrayanes, más tranquilo. En el apacible camino que lleva a Payla Menuko presentí que el cerro aún estaba demasiado lejos. La hora me apremiaba, pues tenía que estar de vuelta en casa antes del mediodía. Justo frente a la querida escuela 161 me encuentro con Fabricio Mareska, profesor de educación física y amigo. Le pregunto cuánto falta para la base del cerro y pronostica 40 min. No llego. Y entonces me recomienda volver por las tierras mapuches hasta Covisal, para ahorrar tiempo. Me despido y sigo pedaleando hacia arriba hasta cumplir una hora (desde la salida de mi casa). En ese momento pego la vuelta, desciendo, y tomo el sendero recomendado por Mareska. Cuando uno entra en territorio mapuche anda con cuidado. Tengo la fantasía de encontrar en estos parajes a algún chamán que devenga mi maestro. No me encuentro más que con un pastor y un hachero. Cruzo un primer arroyo por un puente tan poético como precario. Tomo senderos que me conducen al camino equivocado. Bajo abruptamente y me encuentro con un cañadon profundo que me separa de lo que imagino es covisal. Tengo que bordearlo en sentido ascendente hasta que llego a un segundo puente de madera que sobrepasa un caudaloso y prístino arroyo. A continuación una trepada de esas que detesto, en esta oportunidad arrastrando la bici. Y llego, en efecto, a covisal. Bajada por el asfalto y nuevamente me zambullo en la cultura occidental. Cultura de la que generalmente reniego, aunque sé que es en vano soñar con librarme de ella. Llego puntual para bañarme y salir a cumplir con mis obligaciones. Ahora conozco un poco más que ayer las tierras que rodean el cerro. Pronto, Chapelco, voy a alcanzar tus faldas. Cuando esté preparado. Cuando mi maestro así lo disponga. Solo falta una señal. La esperamos.
Distancia: incierta.
Tiempo: 1h 57min.
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Es cierto que no me dejo de buen animo la derrota del rojo, pero no conteste por que no tenia credito, y de todas formas no podia, estaban las dos niñas enfermas y tube que cumplir mi deber de padre y hacer patria.
ResponderEliminarLuego a la tarde subi solo a chapelco pensando todo el tiempo que vos ya habias recorrido esa huella, y preguntandome cuales habrian sido tus tiempos.
No le temas el cerro esta mas cerca de lo que parece. La proxima... ya lo tenemos contra las cuerdas....
No hay una tierra mas ancestral que otra, toda tiene la misma edad. Ademas, a mi me gusta mas el nombre Puente Blanco....
ResponderEliminarGonza, te quedaste sin crédito después de los mensajes que intercambiamos durante el partido? Que lastima....
Mr. T.
Tu barra de kayak, en el gráfico, esta muuuuuy baja.
ResponderEliminarTodos los martes 18hs en la costa....
Mr. T.