jueves, 29 de julio de 2010

La recta final

El martes llegamos a San Martín de los Andes. Y el miércoles mi entrenador me mandó hasta la entrada al cerro por la ruta. Tardé dos horas y media desde que salí de casa hasta que volví. La pasé a buscar a Guada y fuimos juntos. La participante femenina de "Sí mi amor" está muy fuerte. Me costó seguirla. Llegamos con una nevisca suave, y bajamos con todo. Al dejarla frente a la Abuela Ana estaba bastante entero, pero la subida por la Perito Moreno me mató. Segui a rastras y las primeras dos curvas de los caracoles del Lolog me terminaron de aniquilar. La pasé mal. Sentí por primera vez el estado de extenuación. Me quedé sin energía. Me saqué el buff y los guantes porque estaba como acalorado, cerca del desmayo. Frené, respiré y tomé agua de la caramagnola (supe que se escribe así porque en pippo aparece en el menú describiendo la botellita redonda del vino San Felipe). Me volví a subir, en parte recuperado, hasta el comienzo de la subida de Sinclair. Luego de los primeros metros, más allá de mi fuerza de voluntad, el cuerpo no me daba para más. Me bajé y subí caminando con la bici a cuestas.
Tal es el resultado de 18 días de vacaciones en Buenos Aires. Justo en este momento. Fueron muchas las cosas que viví y que aprendí, y ahora tengo que concentrarme en esto. Correr el Tetratlón Chapelco no es poco. En mis días de entrenamiento en la capital supe lo afortunado que soy de estar preparándome para este desafío aquí en la montaña. De hecho, siento que estoy corriendo el Tetra desde que empecé a entrenar. Por el entorno, por los paisajes, por todo.
Quedan apenas 28 días.
Estamos de vuelta.

1 comentario:

  1. Ojo, no entiendo bien lo que queres decir con eso de que Guada esta muy fuerte!!!

    Usain

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