Que triste es la tristeza
Cuando parece irreversible
Cuando se aloja en la alegría
en la calma, en lo sueños,
en todos lados.
Monopoliza, invade,
Expropia, conquista.
Se apodera de todo,
aniquila todo
y vence, siempre vence.
Y aunque uno se bañe
Se lije, se pula o se desinfecte
Está pegada y no hay manera
Allí se queda para siempre.
Y entonces uno se queda callado
Se acurruca
Y piensa:
“que triste es la tristeza”
Y sí, muchachos, cuando uno no puede entrenar para un tetra se pone a escribir poemas. Qué papelón (que no se entere TMG).
El 19 de marzo, cuando se cumplan seis meses exactos de mi accidente en el Tetratlón de Esquel, estaré operándome el hombro, allá, en un quirófano del Hospital Italiano.
Ojo, por momentos estoy bien, de mejor ánimo. Pero seamos sinceros, estos seis meses han sido oscuros y pesados. Y escribo esto en una de estas tantas noches de insomnio, cuando la incomodidad, el dolor y la angustia se apoderan de mi vida.
Mañana será otro día, prometo no darme por vencido.
Suelo no hacerlo. Además, no me queda otra.
Y de paso, aprovecho y lo digo ¿volver a correr un tetra? Más fácil es que un camello pase por el ojo de una aguja...
PD: creo que no es bueno escribir entradas en un blog en tristes noches de insomnio.
Repito: mañana será otro día.
martes, 1 de marzo de 2011
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